LO QUE LA NOCHE ESCONDE

Álvaro siempre había sido un hombre diurno. Su vida estaba organizada alrededor del sol: se levantaba temprano, trabajaba bajo su luz, y rara vez se permitía trasnochar. Pero había algo en la noche que lo inquietaba, algo que lo hacía evitarla tanto como podía. El silencio profundo, las sombras que bailaban bajo las estrellas, la sensación de que el mundo, cuando se sumía en la oscuridad, cambiaba de una manera que él no lograba comprender.

Una noche, después de un día agotador, Álvaro decidió salir a dar un paseo. Se sentía extraño, como si lo estuviera llamando algo que no podía ver, pero que estaba allí, oculto en las sombras. La ciudad, bajo la luz eléctrica, parecía otra. Las calles que conocía tan bien durante el día se volvían misteriosas y llenas de secretos. Los edificios, que antes le parecían familiares, ahora parecían vigilarlo con ojos invisibles.

A medida que caminaba, comenzó a escuchar ruidos. Al principio eran pequeños, el crujido de una rama, el susurro del viento. Pero después fueron más nítidos: pasos suaves que se detenían cuando él paraba, una risa apagada que venía de ninguna parte. Álvaro sentía que la noche estaba llena de voces y secretos que durante el día se ocultaban, pero que al caer el sol salían a la superficie.

Se detuvo en una plaza oscura, donde la luz de una farola parpadeaba, y se sentó en un banco. De repente, vio una sombra moverse rápidamente frente a él, algo que desapareció en un instante. Su corazón se aceleró, pero no se movió. Era como si estuviera esperando algo.

Fue entonces cuando escuchó una voz suave detrás de él.

—No todos escuchan lo que guarda la noche, pero tú sí.

Álvaro se giró, pero no vio a nadie. Solo la noche, sus sombras y sus secretos, que lo envolvían en una oscuridad que ya no le parecía hostil, sino intrigante. La noche le estaba mostrando algo, algo que él apenas comenzaba a entender.

Ejercicio Creativo: Lo que la Noche Esconde

La noche, con su silencio y sus sombras, ha sido siempre un escenario propicio para la imaginación. En este ejercicio, exploraremos los secretos que esconde la oscuridad y lo que podríamos descubrir si prestamos atención a lo que pasa cuando el sol se oculta.

Instrucciones:

  1. Imagina una noche misteriosa: Piensa en una situación en la que te encuentras solo en la noche. Puede ser en una ciudad, un bosque, una playa desierta, o incluso en tu propia casa. La clave es que haya algo extraño, algo que solo ocurre de noche.
  2. Escribe sobre un secreto que solo aparece de noche: ¿Qué es lo que la oscuridad esconde? Puede ser algo sobrenatural, un sonido inexplicable, una figura que solo aparece al caer el sol, o incluso un sentimiento que solo aflora en la quietud nocturna. Deja que la noche te revele su secreto.
  3. Involucra los sentidos: Describe lo que escuchas, sientes y ves en esa oscuridad. ¿Cómo cambia el mundo cuando está cubierto por la noche? ¿Qué aromas se sienten, qué texturas se vuelven más presentes?
  4. Da vida a lo desconocido: Escribe durante 15 minutos sin detenerte. No importa si la historia es lógica o coherente. Deja que el misterio de la noche te guíe. Al final del ejercicio, mira qué clase de secreto ha salido de las sombras.

Objetivo:

Este ejercicio busca liberar la imaginación explorando los misterios que solo la noche puede ofrecer. Al escribir sobre lo desconocido, rompemos las barreras del pensamiento lógico y permitimos que el subconsciente se exprese, lo que puede provocar un desbloqueo creativo o abrir nuevas perspectivas. La noche, con su calma y su oscuridad, nos invita a descubrir lo que el día oculta.

Como Álvaro descubrió en su paseo nocturno, la noche está llena de secretos que solo revelan su existencia cuando prestamos atención. La escritura creativa nos permite explorar esos secretos, conectándonos con una parte más profunda de nuestra imaginación. Al dejar que la oscuridad y el misterio guíen nuestra mano, podemos desatar ideas que de otro modo permanecerían ocultas. ¿Qué secretos te revelará la noche?

Agregar a mi selección
Carrito de compra
Scroll al inicio